domingo, 25 de abril de 2010

Celsius 32 y Autostereo en Bilborock

Hace dos semanas estuvimos en el concierto que dieron Autostereo y Celsius donde los primeros presentaban en sociedad su primer disco.
Lo primero de todo que alucine con la cantidad de gente que había en Bilborock,mas de la
mitad del aforo de Bilborock,a pesar de no ser gratis,6 euros la entrada,para ser un concierto de una banda casi novel y otra con mucha tablas pero totalmente ignorada en la escena vasca.En teoría tambien tenia que tocar No Drama pero al final no aperecieron,o sea que nos quedamos con dos grupos.

Con un retraso de unos 20 minutos tocaron primero Celsius.Con una serie de problemas de sonido a lo largo de su descarga desgranaron principalmente temas de su segundo disco “Viento a favor” así como una serie de versiones que fueron (Whiskey in the jar) y la mítica(Born to be wild),pero la acústica de Bilborock como es increíble,todo volvió a sonar perfecto.
Creo que al final tocaron 10 canciones.Se nota que llevan cinco años tocando juntos aunque durante el trayecto del grupo han sufrido una serie cambios.Una profesionalidad fuera de toda duda en todos sus componentes y con un nivel de ejecución impecable.
A mi el que mas me gusto fue el vocalista,demasiado bueno para ser ignorado.El estilo del grupo es rock melódico simple.Esto es bueno pero a la larga esto hacia que casi todas las canciones entre si se parezcan demasiado.Eso si ponte a escuchar "Onda en expansión" y si no te gusta es que algo serio te pasa.Genial canción en serio.Otra cosa muy a favor es que en directo sus canciones suenan mucho mas duras que en el disco.
Buen grupo,sin duda alguna y totalmente distinto de los grupos que hay en Vizcaya.


Después aparecieron Autostereo.Que diferencia de actuación entre la primera vez que les vi en Santana 27 y esta.
Se notan el paso de los conciertos y de las tablas que van adquiriendo.Estuvieron soberbios,presentando su disco debut "Esperanza llamada guerra" así como alguna que otra versión,una creo que era Crazy de Seal.También tocaron una nueva canción de su próximo disco que estuvo al nivel de todas las de la noche.Tanto al principio como entre
el concierto aparecieron una serie de actrices que iban protagonizando una serie de actos cuando aparecía en escena una misteriosa voz en off,(que hablaba sobre las letras del disco y de su concepto)sin duda esto fue un gran dato a favor del espectáculo.También hubo hasta un cámara grabando el concierto(próximo dvd en ciernes,ojala) y varios fotógrafos para inmortalizar el día.

Aunque con algún problema de sonido,la ejecución fue casi perfecta y se notaban que tenían muchas ganas de agradar a la parroquia.
De nuevo el mejor fue Jagoba,que toca la guitarra de manera sobrenatural y que ha mejorado un mundo cantando.Ah eso se le llama progresar.Pero sigo pensando que tiene que ser mas individual.A ver a mi me encantan los solos de guitarra,y los que
toco en el concierto son formidables pero que sean mas amplios en tiempo leches,a mi se me hacen muy cortos.
El resto del grupo,(el otro guitarra,bajo y teclista estuvieron muy bien,sobre todo en los coros),pero el bateria me decepciono un poco.No se toco bien pero a mi parecer fue muy autómata,demasiado profesional.
El estilo del grupo intenta fusionar muchos estilos,para mi,va en una onda muy melódica(tipo Sober) pero donde de repente aparecen riffs poderosos y metaleros
(Petrucci y Dream Theater) y bases rítmicas con colores funkys(Onda Estirpe).La amalgama sin duda alguna es genial.

Pero la mayor sorpresa fue la irrupción de Alain Concepción cantando en dos canciones.Fue integrante en uno de los múltiples proyectos que han hecho juntos y deben ser grandes amigos.Pero que voz tiene colegas,en serio una de las mejores voces de España y cantando en ingles.Brutal.Dio a su lado se queda en nada.El momento entrañable fue cuando todo el mundo le canto el Zorionak Zuri a una persona que creo que maneja todos los asuntos del grupo y gratis como recalco el bajista.
En resumidas cuentas gran velada en Bilborock y con ganas de verlos a los dos grupos mas veces.

viernes, 16 de abril de 2010

Mastermind,Ozono3,Euphoria

Uno de mis grupos favoritos vuelven de nuevo a la carga,con nueva cantante,y además
fichando con Lion Music.Su segundo disco "Mastermind,Volume 2 Brainstorm" es toda una obra maestra a descubrir por mucha gente.Totalmente infravalorados por el mundo del rock progresivo.Eso si la nueva portada es de juzgado de guardia.

Otro nuevo grupo español en la senda de Sober,geniales como no.

Desde la vieja Castilla un grupazo alucinante nos presenta su segundo disco,su repercusión entre la escena musical nacional es nula como casi siempre en un grupo con clase,entre Tool y Karnivool.Obra maestra.

sábado, 10 de abril de 2010

Ciudad de vida y muerte

Fallida reconstrucción de una de las atrocidades mas grandes cometidas por los japoneses
en el año 1937 en Nanking,una de las cuatro capitales que tenia China en esa época.
Su director,el chino Lu Chuan,ha pretendido hacer una nueva Lista de Schindler y se ha
quedado en la nada mas profunda.Como estará el cine actual para que le dieran un premio en el Festival de San Sebastian.
A mi la reconstrucción de los hechos me ha parecido un autentico coñazo,y es un film pensado para conmocionar pero que me deja totalmente indiferente.
La película trata sobre las tropas japonesas que invadieron Nanking,hecho que más tarde fue bautizado como “La violación de Nanking”,debido a las atrocidades cometidas por el ejército japonés con la población civil china,entre las que se incluye la violación y tortura de más de 20.000 mujeres.
El director construye un mosaico de personajes(por decir algo) en plan película coral,con personajes pertenecientes a los dos bandos,en los cuales podemos ver reflejada la tragedia vivida en tiempos de guerra,cuando toda norma o destello de humanidad
desaparecen.El director,simplemente se limita a narrar acontecimientos con dureza y cierta elegancia visual dejando que sea el espectador quien saque sus propias conclusiones,
La película dura 132 minutos y el principal defecto de la película es que te aburre.Como es posible que siendo una película bélica te aburra?No te identificas con ningún personaje porque simplemente no aparecen.
Creo que el uso de la fotografía en el film es un acierto,pero la música es totalmente horrorosa.No pega ni con cola.
El principio de la película tiene claras reminiscencias del ‘Salvar al soldado Ryan‘ y esta muy logrado pero después pierde fuelle a pasos agigantados(Intenta seguir el camino del Pianista de Polanski).También en la película todo suena a demasiado visto,(es mi genero favorito).
Si que me quedo con alguna escena de la película como cuando matan a la hija de uno de los supuestos protagonistas y la imagen de todos los muertos chinos en un campo por los japoneses.
En definitiva que se agradece el esfuerzo en hacer películas bélicas,pero a estas se le piden un mínimo de cosas,y esta no lo consigue.
La película fue un éxito en China,pero el gobierno la retiro porque el final de la película te da a entender que algún japones puede ser bueno y se redime pero para el gobierno chino esto no puede ser.La exaltación de China en la película es increíble deja en ridícula a las películas rusas o americanas.
Por ultimo decir que en Japón la película esta prohibida.

miércoles, 7 de abril de 2010

La Santisima Trinidad,El mejor barco de la historia

Publicado por http://www.habanaenlinea.cu

"Entrar en la gran nave del castillo que mira al mar desde el litoral norteño de la Ciudad de La Habana, es una experiencia muy singular: allí, reducido a dos metros de eslora se yergue, apenas recubierto su esqueleto de madera, el más fabuloso de todos los navíos de la Armada Española, y puede decirse sin temor a exagerar que junto a El Escorial, el buque Santísima Trinidad conforma el binomio insignia de la gloria imperial de la España de Felipe II.

Fue Eusebio Leal, Historiador de la Ciudad, quien prestó decididamente su apoyo al proyecto de reconstrucción de este barco que hizo historia, en colaboración con la Asociación Canadiense Amigos del Santísima Trinidad, institución que recaudó los fondos para sufragar esta hermosa aventura.

Juan Carlos Zuloaga, especialista principal del proyecto, cuenta que no se dispone de mucha información sobre el Santísima Trinidad. “La hay de otros navíos de línea de las armadas francesa, española e inglesa, pero el Santísima Trinidad, a pesar de haber sido el buque más grande de la era de la madera, de la era de vela, no tiene registrada mucha información que pueda considerarse exacta. Más bien lo que han hecho quienes han escrito sobre este barco es recoger información en los cuatro puntos cardinales. Por ejemplo, si hoy se sabe que en la batalla de Trafalgar estaba pintado de rojo, como este modelo en el que yo estoy trabajando, es porque los ingleses grababan todas las batallas en que intervenía su armada, y es por estos grabados de época ingleses que hoy podemos saber que el navío apareció en la batalla pintado de rojo con cintas negras, lo que no era el modo usual en que se pintaban los navíos de la armada española, sino en amarillo con cintas negras. Aún en nuestros días no ha podido hallarse ninguna referencia que explique por qué el barco tenía estos colores y no los reglamentarios de su país. Por eso se puede encontrar variación en los modelos que se hagan por ahí. El Santísima Trinidad llegó hasta 1805, fecha en que ya habían sido hechas otras modificaciones reglamentarias en cuanto a colores, por lo que se debe tener mucho cuidado de no caer en anacronismos al representarlo.

“También la tecnología naval se fue desarrollando, pero ya este barco no pudo beneficiarse de ello. Un ejemplo triste de este retraso es el de las bombas de achique. Se sabe que el Santísima… tenía bombas de achique de un solo émbolo., que achicaban unas ciento veinte toneladas de agua por hora, y que manejaban 150 hombres cuando había mar gruesa o temporales. Estas bombas eran insuficientes y fuera de moda, los navíos de línea de la época llevaban ya bombas de cadena como las que tenían los ingleses, que achicaban mucha mayor cantidad de agua con menos esfuerzo. Esa fue una de las razones por las cuales el Santísima no pudo ser salvado en Trafalgar, porque sus bombas de achique no dieron abasto para sacar toda el agua que le fue entrando por los boquetes hechos por los impactos de cañón recibidos durante la batalla, más el temporal. Si hubiera tenido bombas de cadena, quizás hubiera habido tiempo de que los ingleses llegaran más allá de Gibraltar y lo mantuvieran a flote. La información es tan confusa sobre este barco, que actualmente se dice que existen dos planos del mismo, uno en Estados Unidos y otro en España. Es posible que los españoles se llevaran el plano al retirarse de Cuba, pero también podrían tener los americanos el plano verdadero. ¿Cómo saberlo? Incluso he escuchado de una fuente muy relevante que en cierto apartado del Archivo Nacional existe un plano del Santísima…

“En los navíos de línea, pero no solo en ellos, sino en general en todas las armadas de época, la comida que se consumía estaba muy relacionada con los alimentos que se consumían en Europa, y lo mismo sucedía con los navíos norteamericanos. Solo había una diferencia entre, por ejemplo, españoles e ingleses, y es que estos últimos se dieron cuenta en algún momento de que el escorbuto que sufrían los marineros durante las travesía largas se relacionaba con la falta de ingesta de frutos y verduras frescos. Entonces estibaban en sus bodegas toda la cantidad de cítricos que pudieran conseguir, extrayéndoles el zumo que embazaban en botellas utilizando la misma técnica de las conservas.

“En aquella época no existía el frigorífico, por lo que era necesario embarcar los animales vivos, de modo que un navío de guerra no era solo una plataforma de guerra, sino también una especie de granja repleta de gallinas, cerdos, bueyes y cabras, estas últimas con la misión de proveer de leche a la tripulación, pues las vacas se llevaban a bordo en muy poca cantidad, siendo preferidos los bueyes, siempre destinados a la mesa de los oficiales. Estos animales vivos representaban una muy seria amenaza para la salud de la tripulación, pues los barcos de entonces tenían muy mala ventilación y peores condiciones para la vida a bordo. De hecho, para los 1048 hombres que llevaba el Santísima… en la batalla de Trafalgar, ese tipo de barco solo disponía de diez baños, una parte de ellos en los jardines que estaban ubicados en la sección destinada a la oficialidad. El resto de la tripulación, o sea, casi todos los hombres, tenían que hacer sus necesidades naturales en baldes y arrojar al mar su contenido, lo que provocaba infestación de la comida almacenada en las bodegas.

“El agua que se llevaba en las bodegas, envasada en los pipotes más grandes puesto que es el elemento que más consumen los humanos, se estibaba en la parte más baja de la sentina, que a su vez es la parte más baja del barco, es por donde corre el agua, es como un drenaje, una cloaca semejante a las de las calles. El hedor de la sentina era de tal magnitud que contaminaba el agua envasada en barriles. En esas condiciones el agua potable solo duraba unos 25 días. De ahí hasta el final de la travesía la tripulación tenía que beber cerveza y ron. El vino pertenecía a los oficiales. A los marinos rasos solo les quedaba la opción de recoger el agua de lluvia para calmar la sed.

“Los animales vivos no eran para el consumo de la marinería que iba a bordo de un navío de este tipo, sino que estaban destinados a la mesa siempre suculenta de los oficiales. La tripulación comía carne salada de cerdo y res, y también pescado salado. Para comer, los tripulantes se organizaban en ranchos. Los ranchos estaban conformados por un pequeño grupo de marineros, quienes podían agruparse por diversas razones, entre ellas el proceder de la misma tierra o población. Nunca estos ranchos pasaban la cifra de diez hombres, y el vínculo que se establecía entre ellos era como el de una hermandad. Cada rancho llevaba el nombre de su leader. Probablemente en todos los navíos existía un menú diferente para cada día. Los lunes, por ejemplo, podía tocar comer cerdo salado. A cada rancho correspondía un trozo de carne al que se le colocaba una chapa con el nombre del jefe del mismo. El jefe iba con el trozo de carne de su rancho a la cocina, donde lo entregaba a los cocineros para que fuera cocido —con chapilla y todo— en las enormes calderas —de cobre—, y una vez listo para comer era devuelto al jefe, que lo “cortaba en porciones y lo servía a sus hombres, siempre de espaldas, en escudillas de madera. El motivo por el que se volvía de espaldas a su gente era para que todos estuvieran seguros de que no servía mayor porción a alguno por preferencias ni privilegios, puesto que no podía verlos en el momento en que les entregaba su ración. Mientras el barco se encontraba en puerto la tripulación podía comer pan, pues se abastecía en tierra, pero al hacerse a la mar lo que llevaban como provisión era una especie de bizcocho, unas galletas grandes hechas con una mezcla de agua y harina, sin levadura, que duraba años en un saco, y para consumirla había que tener los dientes duros. Los marinos acostumbraban remojarla en cerveza o vino para ablandarla y poder comerla. Consumían cuatro litros y medio de cerveza por persona a diario; guisantes secos, tasajo de cerdo, harina de avena, manteca en el caso de la mantequilla, que casi siempre llegaba a bordo, aún en tierra, ya rancia y luego era muy difícil de digerir. Levaban queso, tan duro que los marinos confeccionaban botones para sus camisas con él; tasajo de buey, vino, zumo de frutas embotellado a partir de comienzos del siglo XIX.

A pesar de esta mala calidad de la alimentación a bordo y de que según algunas investigaciones, solo se comía una vez al día, muchos hombres se enrolaban en las tripulaciones para garantizar el alimento, pues al parecer había mucha hambre en Europa en aquellos tiempos. Las cocinas eran de ladrillos y también había un horno de pan. El Santísima Trinidad tenía ambas piezas. El queso probablemente era de cabra, grande, redondo, y no de muy alta calidad; no resistía las largas travesías y se pudría, hedía dentro de las bodegas y se ponía tan duro que los marinos tallaban con él los botones para sus camisas. El menú de un día podía ser carne salada, avena y queso. El personal destinado a las cocinas solía ser el pobre marino mutilado en escaramuzas y batallas, que quedaba cojo, manco, y los grumetes muy jóvenes, los pinches. Incluso había un lugar en el barco donde se preparaban los alimentos. El jefe del rancho iba a la zona donde se encontraba el almacén de alimentos, donde había un carnicero que se encargaba de cortar la carne, y otra persona, o dos, que sacaban de barriles y cubos grandes lo que iba a consumir cada rancho y lo pesaba en una pesa, lo vertían en cubos y el jefe del rancho se lo llevaba. Las leyes de a bordo eran sumamente severas, tal como se necesitaba para mantener el orden en un conglomerado de hombres semisalvajes sin instrucción, violentos, a veces desesperados, y estaban previstas sanciones severísimas para quien robara comida: “hacer una camisa a cuadros” era la más utilizada, y consistía en atar al culpable a un poste y propinarle latigazos cruzados en forma de una cuadrícula sobre la piel. Otro castigo muy duro era colocar al ladrón encadenado en un cepo, donde podía permanecer tres días sin comer ni beber, y a veces expuesto al sol. O se le ataba a un mástil.

“La tripulación de un navío de la época como el Santísima Trinidad era muy escasa. El marqués de la Ensenada, que fue quien envió a Jorge Juan Santacilia a Inglaterra para que copiara todo el sistema de construcción de barcos de la marina inglesa, llegó a plantear a Godoy, encargado de la armada, que los españoles podrían llegar a tener los mejores barcos, pero jamás tendrían la tripulación ideal para poder poblarlos. En aquellos días España tenía una muy baja densidad de población y se necesitaban 9 mil hombres para poblar los barcos, por lo que las patrullas de leva reclutaban lo mismo agricultores que pícaros, presos, etc. Esa es la razón por la cual la armada española no tenía la misma efectividad que la francesa o la inglesa, porque su marinería no era experta…”

Cuando Zuloaga termina de contar, el que escucha siente como que sale de un sueño. Pero queda en la memoria la imagen de aquel coloso de la navegación de todos los tiempos, surcando el océano con su airoso velamen, y sus alegres marineros, que viajan sin sospechar el destino que pondrá fin a su travesía.

Si dentro de unos meses, un año quizás, usted visita el castillo habanero de La Real Fuerza, podrá sentirse uno más entre las minúsculas figurillas que integran la tripulación del Santísima, quizás el timonel, con su diminuto parche sobre el ojo, o el cocinero que degüella una gallina, o los expertos de elegantes casacas que discuten en el camarote principal la trayectoria del buque ante un gran mapa desplegado sobre la mesa del Capitán…"